lunes, 11 de julio de 2011

MARKETING EMOCIONAL JUEGA DE LOCAL


 Donde entra en juego el marketing Emocional

El marketing emocional encaja en al economía emocional y en la empresa emocional, al comprender el sistema de entornos, códigos culturales, emocionales, de valores y creencias, que el ser humano constituye, para transmitirlos de manera exacta al imaginario de las personas. El marketing emocional explota lo que el mismo consumidor le esta entregando, sus ideales, y su explicación del mundo en que vive.

El marketing emocional pretende encandilar y seducir al consumidor, ya que actualmente, “todas las marcas se han dado cuenta de que la única forma de conquistar al consumidor de hoy es estimulándole, dedicándole tiempo, preguntando e intentando entenderle. Las marcas se han puesto al servicio de las personas ”,

El marketing emocional cada vez se va imponiendo con mayor auge, porque se ha comprobado que es más efectivo que el mercadeo basado en razonamientos o en la lógica de la compra.

En la economía Emocional, marcada por el entendimiento total del ser humano, en todas sus dimensiones, y regida por las empresas emocionales, que comprenden la expresión de códigos culturales, emocionales, de creencias, y códigos de compra, el marketing emocional constituye una herramienta que bien utilizada, complementa la dinámica cambiante de esta nueva economía.





 Las tribus de consumidores

La clasificación tradicional de los consumidores ya no sirve. Muchas personas con la misma edad, sexo o clase social pueden llegar a tener gustos o necesidades radicalmente opuestas, y sin embargo encontrarse en un código cultural común, o una idea espiritual que comparten y por supuesto consumen.


Antes se hablaba de niños, adolescentes y adultos.
Ahora, en esta clasificación se incluyen también los preadolescentes. Las etapas vitales están cambiando y ya no coinciden con las de antes. Se acorta la infancia, se alarga la juventud y está surgiendo una nueva generación de seniors (mayores), que se mueven con más intensidad en el mercado del ocio, cuando antes este grupo de población sólo se centraba en el trabajo. Estas personas están más acostumbradas a disfrutar del ocio durante su vida laboral y cuando se jubilan han integrado estas costumbres y las conservan.

En una sociedad en la que las diferencias por edad, sexo o clase social se confunden, la clasificación por estilos de vida y los mensajes emocionales son el nuevo componente del marketing para llegar al consumidor actual.

Antes, para identificar un target se hacia una referencia de edad, clase social, e ingreso Per capita. Después el marketing evoluciona hacia la integración de las variables sociodemográficas: si tenía hijos, y su localización geográfica, si vivía en el centro, en el norte o en el su r de la ciudad... Todo eso ahora no es significativo para discriminar a un grupo de consumidores. La nueva clasificación intenta identificar sentimientos, emociones... Es una forma de segmentar extraordinariamente refinada y requiere herramientas más cualitativas.


Detrás de las nuevas “tribus” hay un cambio de valores que influyen de forma directa en sus decisiones de compra y su forma de entender los mensajes de marketing.

 Sentirse joven. La posibilidad de mantenernos jóvenes más tiempo ha hecho que la gente se niegue a envejecer. La cirugía estética, la alimentación sana, el cuidado del cuerpo... han convertido el concepto de juventud en el valor de mayor peso de la sociedad actual. Y la juventud ha dejado de ser una edad para convertirse en un estilo de vida. El resultado es un mercado enorme en el que todo vale. Están en auge los negocios que relacionados con la plenitud física (deporte, actividades de riesgo, viajar...), el ocio (teatro, cine, restauración...), se ha idealizado la infancia y se consumen con voracidad productos que intentan explotar la nostalgia del pasado (series de televisión y juguetes que se consumían hace años se vuelven a poner de moda).

 Consumidores de novedades. Frente a la sociedad anterior, acostumbrada a pensar que las cosas eran para toda la vida (el trabajo, la familia, la vivienda...) el consumidor actual “necesita estar preparado para cualquier cambio.


 Individualistas y emocionales. Frente a la globalización, muchas personas intentan diferenciarse para no sentirse uno más del montón. Por eso, las grandes campañas de televisión ceden el protagonismo a otros medios, como Internet, en los que se pueden crear mensajes más adaptados a estos nuevos tipos de consumidores.

Las grandes marcas saben, además, que en “una sociedad de la abundancia, donde tenemos todas las necesidades cubiertas, los
Productos no se venden porque satisfagan una necesidad funcional, sino por las emociones que provocan.
Por eso, triunfan las marcas que saben comunicar

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